La Revista de Aeronáutica y Astronáutica estrena nueva sección: «Ingenieros del Aire y del Espacio». En este espacio, destacaremos a los ingenieros de los patronos de la Fundación Aeronáutica y Astronáutica españolas que desempeñan su trabajo en el Ejército del Aire y del Espacio, cuyos talentos y dedicación impulsan los avances tecnológicos y la innovación en el campo aeroespacial en España.
En esta primera edición de «Ingenieros del Aire y del Espacio», presentamos a Aurora Hidalgo Guerra, una destacada ingeniera industrial que ha jugado un papel crucial en el desarrollo del proyecto BACSI (base aérea conectada sostenible inteligente). Su trayectoria es un testimonio de dedicación, innovación y resiliencia, reflejando el espíritu del Ejército del Aire y del Espacio.
¿Qué te llevó a unirte al Proyecto BACSI y qué significó para ti esta oportunidad?
Después de tres años trabajando en ISDEFE dentro de un proyecto de apoyo al Estado Mayor del Ejército del Aire y del Espacio, en la División de Operaciones, mis responsables me hacen partícipes de la decisión del Ejército del Aire y del Espacio de iniciar un proyecto que impulse el cambio dentro del mismo, tomando como punto de partida las bases aéreas. Buscaban a una persona que conociera la organización para que apoyara en su implantación, coordinación, y pensaron en mí. Tras haber estado desarrollando mi trabajo en un proyecto ya asentado, me pareció un desafío poder comenzar algo desde cero.
¿Podrías compartir con nosotros un desafío significativo que enfrentaste en este proyecto y cómo se superó?
Yo me incorporo al proyecto en marzo de 2020. Solo dos semanas después nos encontrábamos en pleno confinamiento. Estábamos inmersos en pleno lanzamiento, fuimos capaces de realizarlo gracias al compromiso y la profesionalidad de todos los que día tras día han apoyado el proyecto. Se definieron las directrices de proyecto, los medios de comunicación y trabajo interno, nuestros «escaparates» al exterior…, todo lo que implica un inicio de este tipo de iniciativas. Lo cierto es que contamos con un gran director de proyecto, y todo el personal dio lo mejor.
Desde tu perspectiva de ingeniera industrial, ¿Cuáles son los aspectos más innovadores del proyecto BACSI para el Ejército del Aire y del Espacio?
Desde luego son muy importantes todas las tecnologías que se están implementando a nivel de sostenimiento y logística, pero también la sostenibilidad, no solo incorporando temas de eficiencia energética o energías renovables, sino con el apoyo a la industria para el desarrollo de combustibles alternativos a los actuales para emplearlos en las actividades propias del Ejército del Aire y del Espacio.
¿Cómo se aplican las tecnologías de vanguardia en BACSI para mejorar la eficiencia y sostenibilidad de las bases aéreas?
Se definen pequeños proyectos que nos ayudan a valorar la idoneidad de las tecnologías que se pretenden implementar y así, una vez confirmada, pasan a integrar las capacidades de las que se dispone. Somos «probadores» de esas tecnologías en un entorno muy exigente.
¿Cómo crees que el proyecto BACSI está modelando el futuro del Ejército del Aire y del Espacio?
Desde luego es uno de sus objetivos fundamentales que viene a reforzar el proceso de transformación en el que estamos inmersos para adaptar la institución a las tecnologías emergentes.
Mirando hacia el futuro, ¿Qué nuevos desarrollos o innovaciones esperas ver en el ámbito de la ingeniería industrial dentro del sector de la Defensa?
Personalmente espero que el empleo del hidrógeno pueda generalizarse, aunque, si ya es complicado en general, en el ámbito de la defensa puede serlo un poco más.
¿Qué consejo le darías a los jóvenes ingenieros industriales interesados en unirse a proyectos en el Ejército del Aire y del Espacio?
Bueno, aparte de entrar a formar parte de alguna de las empresas que, por medio de encargos o licitaciones, apoyan a las Fuerzas Armadas, en el Ejército del Aire y del Espacio específicamente se tienen convenios con distintas Universidades para que desarrollen sus TFG y TFM, apoyando a proyectos que se desarrollan en el mismo. Es una buena oportunidad de conocer de primera mano el mundo militar y poder valorar alternativas a nivel profesional.
Para terminar, ¿hay algún mensaje o reflexión personal que le gustaría compartir sobre su experiencia trabajando en el Ejército del Aire y del Espacio durante estos años?
Cuando comencé a dar apoyo técnico en el Ejército del Aire y del Espacio, era la primera vez que me relacionaba con el mundo militar. Al principio da un poco de vértigo. Hay que aprender cómo funciona la organización, hay que entender el entorno profesional, toda esa parafernalia que se observa desde fuera cuando hay algún evento público y casi nadie entiende. Piensas que los compañeros se comportarán de forma distante, al fin y al cabo, tú no llevas uniforme. Pero la realidad es que desde el primer día te hacen sentir parte de la organización, eres uno más.